Quiero compartir contigo una frase de Henry Ford que me sirve para ilustrar este artículo:

“Si hubiera un secreto sobre el buen éxito sería la capacidad para apreciar el punto de vista del otro y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio.”


Mirar las cosas desde varios puntos de vista.
Un cuento desde varios puntos de vista

Te invito a hacer un ejercicio divertido y que ayuda mucho a abrir la mente. Elige un cuento infantil, uno que te gustara mucho cuando eras pequeña y léelo o, si todavía está en tu memoria, escríbelo.

Por ejemplo, imagínate que se trata del cuento clásico “Caperucita Roja”. El cuento explica cómo una niña lleva una cesta con comida a casa de su abuela que está enferma. Antes de salir de su casa, su mamá le dice que, sobre todo, no hable con desconocidos y que vaya a casa de su abuela sin entretenerse con nada ni con nadie.

La niña por el camino se encuentra con el lobo. Los dos conversan y el lobo le dice que conoce un atajo que le permitirá llegar mucho antes a casa de su abuela. Esto es mentira, el lobo le indica a la niña un camino más largo para que tarde más en llegar a la casa y así él pueda suplantar a la abuela de Caperucita. Y así lo hace. Cuando la niña llega, por fin, a la casa, el lobo se encuentra dentro de la cama de la abuela y entonces Caperucita le pregunta a su “abuelita”:

– ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!

– Son para oírte mejor.

– ¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!

– Son para verte mejor.

– ¡Abuelita, qué boca tan grande tienes!.

– ¡Es para comerte mejor!

El Lobo Feroz se lanza sobre Caperucita Roja y se la come. Luego llega un cazador, mata al lobo y saca a la niña de dentro de su barriga.

A grosso modo este es el cuento; pero, ¿seguro que la historia es tal y como nos la han contado? ¿Por qué el lobo tiene que ser el malo? ¿Y si reescribimos la historia dando la versión del lobo? ¿O la de la abuelita? ¿Seguro que la abuelita se dejó engañar por el lobo? ¿Y si resulta que se juntaron los dos para merendar y charlar un buen rato? ¿Y si la historia la explica un árbol?

Cuestionarnos las cosas, intentar verlas desde todos los puntos de vista, nos permite ampliar nuestra mente y tener otras opciones.


Este es otro ejercicio de escritura emocional, que ayuda a conocerte y a conseguir paz interior.
Reescribe lo que te pasa y hazlo desde varios puntos de vista

Cuando llegas a casa y le das vueltas y más vueltas a algo que te ha pasado y que te ha hecho daño o te ha sentado mal, es el momento de ponerte cómoda y escribir en tu libreta eso mismo pero desde el punto de vista de cada persona que ha intervenido en ello. Escribe pensando en cómo lo vería ella, cómo hablaría o incluso qué gestos haría (cómo sería su lenguaje corporal).

Puedes incluso explicarla desde el punto de vista de un objeto que haya estado allí.

Y, todavía más, te invito a que cierres los ojos y veas la situación desde otro ángulo. Imagínate que la estás mirando sentada encima de un armario. ¿Cómo te ves? ¿Qué estás captando desde allá arriba? ¿Cómo es tu lenguaje corporal? ¿Y el de las demás personas?

A nivel emocional, ¿cómo te sientes tú? ¿Cómo se sienten las personas que están allí contigo? ¿Qué emoción crees que es la que domina?


Relativizando situaciones

Deja reposar al menos una noche todo lo que has escrito. Al día siguiente, lees todo lo que escribiste y valora si consideras que lo que sentiste la primera vez es real o es fruto de la tormenta emocional que se produce en ciertas situaciones.

¿Realmente valía la pena afectarte tanto por ello? ¿Puedes jugar a relativizar aquello y ver que hay más formas de verlo y de vivirlo? ¿Qué tal si miras esta situación como si hubieran pasado 5 años? ¿Cómo la verías? ¿Tendría la misma intensidad de dolor que la que tiene ahora?

Practicar este ejercicio nos ayuda a cultivar la empatía y a no angustiarnos tanto por aquello que nos ocurre.

Empieza ensayando con tu cuento preferido y luego sigue con cosas que te han pasado en tu vida y que en su momento te afectaron mucho. 

Es muy importante que te lo tomes como un juego para abrir tu mente y aumentar tu paz interior.

Muchas gracias por leerme.

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