He comentado varias veces a lo largo de estos artículos que nuestro presente está construido a base de lo que hemos pensado, dicho y hecho en nuestro pasado; así es que si nuestro presente no nos gusta, necesitamos trabajar en nuestros pensamientos presentes que sí van a determinar nuestra manera de expresarnos y de actuar, y esto es algo que siempre produce resultados.

Para transformar tu futuro, trabaja en tus patrones de pensamientos.
Los patrones de pensamientos acaban siendo los hábitos que gobiernan nuestra vida ya que nos inducen a realizar o no acciones de manera automática (casi sin darnos cuenta) y son siempre aprendidos, no nacemos con ellos.
Se construyen a base de repetir una y otra vez frases y acciones durante largos períodos de tiempo, por eso se acaban implantando en nuestro cerebro como lo haría un chip.
La buena noticia es que al ser comportamientos aprendidos, tenemos el poder de desaprenderlos para cambiarlos por otros que nos sean favorables. Eso sí, para que terminen convirtiéndose en un hábito favorable tenemos que repetirlo varias veces al día y durante un largo período de tiempo, ya que de otra forma estaría en desventaja con el hábito nocivo que tenemos instaurado como patrón de comportamiento.
Ejemplos de patrones de comportamiento nocivos en nuestra vida y que, si los detectamos, es urgente que desactivemos son: la culpa (culpar o sentirse culpable por un montón de cosas del pasado no sirve para nada más que para hundir tu autoestima), las etiquetas negativas que te pones (soy un desastre, no valgo para nada, soy gorda, soy flaca, soy demasiado alta, demasiado baja, etc.) o los juicios que haces sobre ti (siempre hago lo mismo, tendría que haber hecho esto en vez de aquello, ¿por qué le he tenido que decir esto y no lo otro?, siempre hago igual, etc.), tener una autoestima baja (autoestima es la imagen que tienes de ti configurada a base de los mensajes recibidos por tu familia, por la sociedad en la que vives, etc.) y significa que tienes patrones de pensamiento sobre ti negativos, pero vuelvo a decir que como son aprendidos, puedes trabajar para cambiarlos por otros de poder. Y esto no significa que ahora tengas que enfocarte en mensajes que no son reales para ti y que no te crees, se trata de empezar a cuestionarte los negativos y ver si realmente son verdad o corresponden a opiniones y juicios construidos a base de los mensajes recibidos hasta ahora.
Paso 1: Haz una lista con los patrones de pensamiento negativos que tienes.
Esto te va a llevar un buen rato, tómatelo con calma y dedícale todo el tiempo que necesites para confeccionar una lista sobre los patrones de pensamiento negativos que tienes sobre ti.
En este paso no importa el orden en que los escribas, tan solo ponlos en tu cuaderno en forma de lista.
Cuando creas que ya los has escrito todos, pregúntate: “¿Y cuál más?”. Es importante que escribas el máximo número que puedas.

Una vez tengas tu lista terminada es el momento de numerar por orden de limitación que produce cada patrón de pensamiento en tu vida.
¿Cuál de ellos sientes que te bloquea más?
Paso 2. Comenzar a cambiar los patrones de comportamiento.
Si quieres obtener buenos resultados es importante que trabajes en cambiar un pensamiento cada vez. No tengas prisa porque esto es una carrera de fondo y no un sprint.
Escribe en tu cuaderno el patrón de pensamiento que vas a cambiar a partir de hoy. Ponlo como un título. Debajo escribe qué es lo contrario a este patrón y empieza a enfocarte en ello.
Al principio tu cerebro no te lo va a poner nada fácil, a él le gusta la comodidad, el tener que hacer las cosas de manera automática y ahora le estás pidiendo un esfuerzo extra sobre algo que él ya tenía controlado.
Mi propuesta es que cada vez que te asalte el viejo patrón y lo cambies por el nuevo, te felicites, te sonrías y te digas algo bonito. Decide tú el día, pero cuando lleves X días seguidos con el nuevo patrón, hazte un bonito regalo. Algo que te haga ilusión y que no te regales habitualmente. Planifica qué vas a regalarte el día que cumplas tanto tiempo sin el viejo patrón.
Paso 3. Termina de consolidar el nuevo patrón.
Puede ser que lleves 20 días seguidos con el nuevo patrón de pensamiento y, de golpe, te aparezca el viejo. Esto es algo normal. No te critiques ni nada de eso. Lo que yo acostumbro a hacer es decirle a mi mente: “¡Anda! ¿Con qué me sales ahora? Veo que tienes poca memoria porque te recuerdo que esto hace X tiempo que ya no está en mi vida.” Te sonríes y sigues con lo que estabas haciendo.
Todo cambio necesita de mucha práctica y paciencia, pero se consigue. Eso sí, sé muy amable contigo y no te riñas si te cuesta porque es lo más normal del mundo.
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